PROCESOS EN LA DECLAMACIÓN

a. Dicción

La dicción se refiere a la manera de pronunciar palabras o construcciones. En declamación necesitamos que cada verso y cada palabra contenida en el poema, llegue con claridad a los oídos de quienes escuchan. Por ello el objetivo fundamental es lograr la claridad articulada en la dicción;a través de una pronunciación correcta, acentuación con elegancia y un fraseo coherente respetando las pausas del escrito.

b. Gestos

Consiste en el movimiento del rostro o de las manos con que se expresan diversos estados de ánimo. A veces, un gesto vale más que una palabra. Si el declamador no emplea con acierto los ademanes, o los utiliza fuera de conveniencia, desluce su interpretación y revela una desarmonía que los oyentes perciben enseguida. Debemos entender que se declama fundamentalmente con la palabra que transmite ideas, no se declama con las manos, y los brazos no son aspas de molino.Quienes exageran en los ademanes no se dan cuenta que desaparecen el declamador y la declamación

c. Movimiento

Cuando un declamador se mueve como león enjaulado en el escenario o, por el contrario, se queda como fijo al estrado, adopta alguno de los extremos incorrectos en lo que a movimiento se refiere; los pasos deben apoyar a la palabra, pero nunca dominarla.

d. Naturalidad

La naturalidad refiere a la concordancia de los movimientos con el conjunto integral, físico,temperamental y conceptual del declamador. Lo que no aparezca como un brote natural del momento y de la idea, está mal hecho, por lo que todo intento de imitación es desaconsejable.

e. Flexibilidad

La capacidad de variar el tono, la intensidad, el alcance, la velocidad, la entonación y las pausas se llama flexibilidad, muy importante para darle a la Declamación una fisonomía atrayente. Una voz monótona, siempre igual, que no se modifica a lo largo de una disertación, fastidia la atención del público y provoca el desinterés.

f. Pausas

Consiste en la breve interrupción del tiempo en un poema. Existen algunos signos principales en nuestras declamaciones con diferentes tiempos de pausa: La coma, que vale un tiempo. Cada vez que se encuentre una coma, pensará en la palabra “uno” y aprovechará para respirar durante ese tiempo. Cuando se encuentre punto y coma pensará “uno, dos”. Si se trata de un punto, ya sea punto y seguido, punto y aparte o algunos signos equivalentes como el cierre de admiración o de interrogación, contará tres tiempos normalmente: “uno, dos, tres”. Y en el caso de puntos suspensivos, contará cuatro tiempos: “uno, dos, tres, cuatro”. Al novato, este ejercicio le permite comenzar a escucharse, se obliga a un nuevo ritmo, a adquirir seguridad y a saber cuándo debe respirar.